Asia, un paraíso apenas conocido

El mundo en que vivimos está sembrado de enclaves maravillosos dignos de ser visitados, y no sería descabellado pensar que el continente asiático ha sido especialmente bendecido por el sobrecogedor número de ellos que alberga

Incluso en los tiempos que corren, donde los avances tecnológicos nos permiten estar interconectados con todo el globo, hay muchas cosas que no llegamos a disfrutar ni siquiera a través de una pantalla. Y aún si lo hacemos, no puede compararse a la experiencia de visitar estos enclaves impregnados de belleza e historia, ante los que ningún visitante puede quedar indiferente. En Directia Travel esto lo saben bien, y por eso se especializan en facilitar al público que pueda visitar, conocer y disfrutar de primera mano las maravillas que encierra Asia.

Una de estas maravillas es la ciudad de Siem Reap, localizada en la mística Camboya, y que sin ser la capital del país ha conseguido atraer al mayor número de turistas que lo visitan. Y sin lugar a dudas se lo ha ganado, tanto por su excelente posición, cerca de la región de Angkor, territorio muy visitado debido, entre otras cosas, a que en el se encuentra el Angkor Wat (o “Templo de Angkor”), declarado Patrimonio de la Humanidad, como por la frecuencia de tráfico en el aeropuerto internacional de la ciudad, que hace que sea tan sencillo como recomendable visitar esta tierra. En ella, los variados atractivos de Camboya quedan reflejados a la perfección, uniendo una naturaleza diversa y exuberante, con la profunda tradición y las sobrecogedoras estructuras antiguas que caracterizan al país.

No podemos olvidar, por un lado, que casi una cuarta parte del territorio nacional está protegido, siendo aproximadamente la mitad del territorio total una extensión forestal capaz de dejar sin palabras a quienquiera que la contemple, y por el otro que la cultura camboyana es muy rica en todos sus aspectos, desarrollada a lo largo de su historia gracias a numerosas influencias y tradiciones ancestrales. Camboya además ha demostrado una vez más, en tiempos recientes, esa noble resiliencia que caracteriza a los orgullosos países del continente asiático.

Otra de las impagables experiencias que Asia ofrece a los viajeros es la de viajar a Vietnam, una tierra que solo puede describirse como única. Visita, además, que puede combinarse fácilmente con la mencionada más arriba, dando como resultado un viaje que jamás se olvidará. Vietnam posee una historia extensa e interesante, y como ya señalamos en el caso de Camboya, aunque por lo que a Vietnam respecta ciertos momentos de su historia reciente son más conocidos en otras partes del mundo, ha logrado reponerse de momentos muy difíciles con una voluntad inquebrantable y digna de admiración. Sus ciudades están llenas de vida, con mucho que visitar y mucho que conocer, con una gastronomía propia apasionante.

Habiendo destacado la profundidad de su cultura y variedad de tradiciones y enclaves obra de la mano del hombre dignos de ser admirados, de nuevo es procedente tomarnos un momento para hablar de la solemnidad con que la naturaleza se hace sentir en el país. Con un 40% del territorio nacional salpicado por sistemas montañosos, alrededor de tres cuartas partes de los cuales se hallan cubiertos de bosques, que además salpican el 30% de la extensión vietnamita total, este país no solo presenta una biodiversidad maravillosamente variada, sino que cuenta con una cantidad sobrecogedora de especies endémicas, tanto animales como vegetales, convirtiéndose sin duda en un auténtico paraíso natural.

¿Pero cómo hablar de esta hermosa tierra y olvidarnos de uno de sus principales atractivos? Al este goza de extensas costas bañadas por el mar del Sur de China, albergando unas playas que debes conocer, pues se cuentan entre las más bellas del planeta.

En el continente destaca la ciudad de Nha Trang, que combina unas playas estupendas para los deportes acuáticos con localizaciones de mucho interés como el parque de atracciones Vinpearl o el complejo de piscinas, artificiales y naturales, de I-Resort. La isla de Phu Quoc, gran parte de la cual constituye una valiosa reserva natural, es una visita casi obligada, ofreciendo playas de arena blanca donde relajarse y disfrutar, al tiempo que podemos aprovechar la visita para admirar la vegetación que domina el interior y aproximarnos a la cultura vietnamita. Por último, sumergiéndonos en los paradisíacos espacios naturales de Vietnam, podemos acudir al archipiélago de Con Dao, conjunto de islas montañosas para quedarnos sin el poco aliento que nos quede a estas alturas del viaje. Algo a tener en cuenta son los períodos en que se recomienda visitar unas playas u otras, para disfrutar al máximo de estas experiencias irrepetibles.