Conecta con nosotros

Falta de sueño y apetito, dos grandes enemigos de la salud

SALUD

Falta de sueño y apetito, dos grandes enemigos de la salud

Diferentes estudios han demostrado que existe una relación directa entre la escasez de sueño y el aumento del apetito cuando nos desvelamos por la noche

Intentar llevar una dieta equilibrada es una máxima de la sociedad actual, aunque lamentablemente no siempre se consigue. El estrés al que se encuentra sometida gran parte de la población impide que ésta pueda desarrollar unos hábitos alimentarios saludables. Así, son muchos los que se escudan afirmando que solo los deportistas deben cuidar especialmente su alimentación para despreocuparse de la suya propia. Comidas a deshora, rápidas y a base de cualquier alimento que tengamos a mano provocan que nuestro metabolismo se resienta. Si a esto le sumamos una rutina extremadamente activa, en ocasiones incluso asfixiante, que se traduce de manera directa en una disminución en las horas de sueño recomendables al día, tenemos la receta perfecta para la aparición de uno de los peores enemigos de nuestra salud: el apetito nocturno.

Diversos estudios han confirmado que existe una respuesta fisiológica a este fenómeno que afecta a gran parte de la población. Científicos de la Universidad de Columbia, en Estados Unidos, han realizado diferentes investigaciones que vendrían a confirmar una relación estrecha entre el aumento del apetito y la falta de sueño que provoca, a su vez, un aumento en la voracidad y el sobrepeso de la población. Del estudio de estos investigadores se deduce que este fenómeno estaría provocado por el aumento de los niveles de hormonas como el cortisol y la grelina en detrimento de otras como la leptina. Esta respuesta de nuestro organismo estaría basada, según los científicos, en una estrategia que pone en marcha nuestro cuerpo para almacenar grasa durante los meses de verano. Al reducir las horas de sueño, nuestro organismo interpreta que estamos en la época estival, cuando las noches son más cortas, y da la orden de comenzar a almacenar grasa. Algo similar a la hibernación de los osos pero de manera involuntaria.

Estudios anteriores ya habían mostrado que aquellos sistemas neuronales que controlan tanto el sueño como la alimentación estaban interconectados, de tal forma que el hambre disminuye las ganas de dormir y la falta de sueño provoca un aumento en el apetito. Sin embargo, estos estudios no ofrecían una posible causa al respecto como sí lo ha hecho el elaborado por los investigadores de la Universidad de Columbia.

Sobre esta línea de investigación también han trabajado diversos científicos de la Universidad de Yale que han incluido un tercer componente que participaría de manera activa en el binomio sueño-apetito. Para los científicos de Yale el estrés también influiría en el aumento del apetito ya que cuando estamos estresados se sobreestimulan las neuronas encargadas de sintetizar la orexina del hipotálamo. Esta sobreexcitación podría provocar insomnio, lo que a su vez traería como consecuencia, como ya se ha visto, un aumento en el apetito. De esta forma, los científicos de esta universidad estadounidense instan a aquellas personas que padecen de insomnio y sobrepeso a que combatan sus niveles de estrés antes de comenzar cualquier tipo de tratamiento con fármacos.

Por otra parte, la comida también juega un papel importante a la hora de conciliar el sueño ya que hay determinados alimentos que son más aconsejables que otros a la hora de cenar por sus compuestos. El pavo, el pollo o el pescado son alimentos ideales para consumir antes de ir a dormir, al igual que los tomates, el jengibre o las nueces, ya que contienen altos niveles de triptófano, un tipo de aminoácido que ayuda a liberar serotonina, la precursora de la que se conoce como la hormona del sueño, la melatonina. Por el contrario, se debe huir de las grasas saturadas y de la cafeína, de la que se recomienda no tomarla al menos 8 horas antes de irse a dormir.

Redacción de Periódico EL LORQUINO Noticias.

Más de SALUD

To Top