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San Patricio y los planos robados de la catedral

Historia y patrimonio

San Patricio y los planos robados de la catedral

En homenaje al historiador lorquino José Luis Alonso Viñegla, fallecido con tan solo 58 años por una grave enfermedad en el año 2012. AVISO LEGAL: El relato que se reproduce a continuación se encuentra bajo derechos reservados de Copyright del autor, y bajo la autorización expresa de la familia del escritor de ser reproducidos en esta web de Periódico El Lorquino. Por lo tanto queda prohibida cualquier otra copia sin dicha autorización. 
LOS PLANOS ROBADOS DE LA CATEDRAL José Luis Alonso Viñegla. planos robados san patricio

– Señor Arcipreste, las gentes hablan de unos planos robados. Dicen que mataron a la salida de Murcia, al correo que guardaba en su zurrón, el dibujo esbozo de una catedral.

– ¡Ah, el pueblo y sus leyendas, mitifica lo que no puede ver hecho realidad ¡- ¿Y qué hay de verdad en esta ensoñación popular?

Amador se mostró incómodo con el giro de la conversación. El indiano parecía saber más de la cuenta.

– Señor Romera, todo eso no son más que rumores, no hay nada demostrado. No sabemos el nombre del mensajero ni a qué familia pertenecía. Los justicias no encontraron el cuerpo del delito. Nadie denunció su desaparición. Si existió pocas huellas dejo de su paso por este valle de lágrimas. Si no hay cadáver no hay homicidio. Eso es todo.

– ¿Todo?

– En realidad el Concejo posee el dibujo de una planta arquitectónica que reproduce fielmente la Catedral de Murcia, firmada por el Maestro Quijano y que guarda una gran similitud con la Colegiata.

-¿Pensáis que Murcia no deseaba una catedral en Lorca?

– En verdad el trazado y la planta de Quijano fue cambiando con el tiempo. Cambió la colocación de la torre, las medidas de la Capilla Mayor, y el punto cardinal de la sacristía. Este anteproyecto acusó sin duda las variaciones impuestas por el Cabildo Colegial. ¿Presiones del Obispo, política, avaricia respecto a los diezmos que recalarían en Lorca, si esta accedía al Obispado de Eliocroca? De todo un poco, Señor de Romera. Ese fue el verdadero asesinato: el propósito catedralicio. ¿Qué más os puedo decir sin comprometerme?

– No temáis. Solo preguntaba. Quería saber de vuestra opinión.

– Pues ya lo sabéis. Es “vox populi”. Murcia no quiere más obispados ni más catedrales. Por mucho que se empeñe el Concejo en mantener la titularidad de patrona a la Virgen del Alcázar, venerada por los mozárabes lorquinos, para demostrar así el culto continuado de esta imagen, en la época en que Lorca era musulmana. Ahora si os parece ¿podemos continuar la visita?

Huachare le lanzó una sonrisa encantadora:

– Cuando queráis, Padre.

Amador refunfuñó algo así como “todo el mundo anda con la mosca detrás de la oreja”
y siguió con su labor de cicerone:

– Gracias, hija, gracias.

Fuera por presiones o por la necesidad de adaptarse al terreno, Jerónimo Quijano convirtió su proyecto en otro bien distinto, al que controlaba de cerca auxiliado por un maestro que dirigía a los canteros y a los oficiales.
A su muerte le sucedieron consumados maestros de cantería que continuaron su obra.
El tiempo pasa inexorable y atesora gran variedad de estilos, aunque su interior sea una gran unidad estilística.
Renacimiento, Barroco, Neoclasicismo. Al principio un Renacimiento pleno impregnó la Capilla Mayor, la Girola y sus capillas, es decir, los dos primeros cuerpos de la torre, de la mano de Quijano, y los maestros canteros Lope García Montiel, y Plazenzia, todos vascos.

Amador García fue explicito:

– Comprenderán vuestras mercedes que la sacristía urgía, pues en ella debía celebrar el Cabildo Eclesiástico sus reuniones y juntas. Comenzó a usarse en el año de mil quinientos cuarenta y cinco. Le siguió la capilla del Sacramento, donde fue entronizada la Virgen del Alcázar, reanudándose de inmediato el culto. Señor Romera, Lorca siempre ha estado muy apegada a sus tradiciones, y los cambios siempre nos han llegado con retraso, por eso la portada y la cubierta abovedada conserva rasgos platerescos.
Desde mil quinientos sesenta y seis a mil quinientos noventa y uno, las obras estuvieron dirigidas por otro vasco, Lorenzo de Goneaga, que realizó la portada de la plaza de corte renacentista de arco de triunfo, flanqueado por columnas de orden corintio. Sobria decoración en las enjutas, y medallones con las figuras de los evangelistas Pedro y Pablo, y tres hornacinas que albergan a la Inmaculada, San Francisco, y San Antonio.

– ¿Y Jerónimo de Urreta?

– No supo resolver el problema del crucero. Le sustituyó Diego de Villabona. Estamos situados en el final del siglo XVI. En mil seiscientos, ya en nuestro siglo, Villabona redactó un informe en el que daba cuenta de la construcción de una cuarta parte del total de la obra proyectada. También vienen los nombres de los canteros y alarifes que le ayudaron: Juan Martinez, y un cantero sin apellidos, quizás de procedencia italiana al que cita solo por su nombre de pila: Joan Baptista. Este maestro se convirtió a partir de mil seiscientos tres en el Maestro Mayor de Obras del Cabildo Eclesiástico. En mil seiscientos veinte y siete, el cantero Andrés de Bonaga, terminó la puerta, la capilla, y la bóveda de la parte norte del crucero. El resto se concluyó en mil seiscientos noventa. Fueron muchos los canteros que nos dejaron su huella: Garzón Soriano, Pérez Crespo, y Melchor de Luzón, hombre algo estrambótico que firmaba como escultor, arquitecto, y cosmógrafo de Su Majestad.

– En verdad ha sido una obra titánica, los lorquinos deben sentirse orgullosos de su Colegiata, ¿o quizás debería decir Catedral?

– ¡Sois testarudo, Señor de Romera, vive Dios ¡ Llamadla como os plazca, sereís uno más en otorgarle el rango de Catedral ¡ ¿ Que empeño os persigue ?

Romera suspiró reverberando en ecos por las capillas:

– Señor Arcipreste, aunque nací y me crié en Lima, de padres limeños y españoles, mis orígenes son lorquinos. Mi bisabuelo custodiaba las obras cuando empezaron a sonar los primeros martillazos de los alarifes, y se alzaron los primeros andamios. Esta historia está impresa en mi memoria.

– Ahora os comprendo. Sois de Lorca.

– Remanezco de Lorca.

– Así sois de rebelde e independiente. Tenía que haberme dado cuenta antes. Vos sois partidario de un obispado lorquino. No os critico. En realidad todos los estamentos de la ciudad participan de este sueño. ¿Deseáis más información, o ya conocéis todas las tribulaciones?


» El Rey Incurable » .- J.L.Alonso Viñegla .- Reservados los derechos de autor.



Redacción de Periódico EL LORQUINO Noticias.

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