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El Mesías de los Python

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El Mesías de los Python

FERNANDO CABRERA. PERIÓDICO EL LORQUINO. 22/03/2016 

Con la Semana Santa, cada año, vuelven a la carga las películas sobre la Biblia. Casi siempre son las mismas que, como en el anuncio del turrón, vuelven a casa por Semana Santa. Hay a quien le gustan, y hay quien las odia. Hemos visto de mil maneras y con mil caras distintas la vida de Jesús y sus apóstoles.

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Incluso la de Espartaco, que a pesar de ser una excelente película, todavía no entiendo la conexión que tiene con la vida de Jesús, teniendo en cuenta que el gladiador vivió mucho antes que Cristo. Pero en esta época de pasión y religión (para algunos más que para otros) también hay lugar para las risas. Una película que pocas veces vemos en televisión (¿por qué será?) es La vida de Brian, una parodia de la época y el lugar en que vivió Jesús. Los Monthy Python eran un grupo humorístico inglés muy famoso compuesto por John Cleese, Terry Gilliam, Eric Idle, Graham Chapman, Michael Palin y Terry Jones.

Sus gags eran de sobra conocidos por los ingleses y de vez en cuando llegaba alguna película protagonizada por estos cargada de ese humor negro, tan propio de los británicos y el absurdo, tan típico del grupo. Ya tuvieron un enorme éxito con la parodia del Rey Arturo en Los caballeros de la mesa cuadrada, pero sería La vida de Brian la que les dejaría como unos maestros del humor. Esta película no llegó sin polémica, como era de esperar, pues estamos hablando de 1979 y de una película que parecía burlarse de Jesús. A pocos días de empezar el rodaje del film, el director de la productora EMI canceló el proyecto, por considerarlo sacrílego y blasfemo, con esta frase: “No voy a permitir que digan que yo me burlé del jodido Jesucristo”.

Los Monthy Python se encontraron con todo listo para hacer su película pero sin un duro; pero cuando ya iban a tirar la toalla, apareció su gran amigo, el ex-componente de los Beatles, George Harrison, que hipotecó su propia casa para financiarles los tres millones de libras que costaba hacer la película, aludiendo que simplemente lo hizo porque tenía ganas de ver esa película. Además, aunque no se suele nombrar mucho, el músico hace un breve cameo ataviado como un personaje más, pero sin frase alguna. Cuando ya lo tenían todo, comenzó el rodaje de esta hilarante historia que tantas críticas recibiría, tanto elogiando como acusando.

En La vida de Brian nos encontramos con la historia del joven Brian Cohen, que nace el mismo día que Jesús, al otro lado de la calle. Hasta los Reyes Magos se confunden y le entregan a su madre los regalos que llevaban al Mesías, aunque luego, dándose cuenta del fallo, vuelven para quitárselos. Cuando Brian crece, es un joven impulsivo que sólo quiere la liberación de su pueblo del yugo romano, aunque su madre le trata como a un niño y le dice que su padre era un Centurión romano llamado Traviesus Máximus.

—¿Un romano te violó? —dice Brian.

—Bueno, al principio sí —contesta la madre.

Mientras asiste a un sermón que da el propio Jesús, se enamora de Judith, una chica que pertenece a uno de los grupos radicales contrarios a los romanos, el Frente Popular de Judea. Brian se une a ellos para poder acercarse a Judith. Pero en medio de una misión para secuestrar a la mujer de Poncio Pilatos, su grupo se encuentra con una facción rival que tenía previsto hacer lo mismo. Comienzan a pelearse y son descubiertos por los guardias romanos, aunque sólo cogen a Brian que es llevado ante Pilatos. Brian logra escaparse gracias al ataque de risa de los guardias romanos, pero para camuflarse se hace pasar por uno de los muchos oradores que atraen a los enfervorecidos habitantes de la ciudad, proclamando arengas religiosas y buscando ser nombrados el nuevo Mesías.

Pero el tiro le sale por la culata, porque sus palabras atraerán a una masa de gente que le tomará como el verdadero Mesías y le perseguirán para adorarle. Cuando la película se estrenó, por un lado la crítica la elogiaba por su agudo humor y su tono satírico, pero las asociaciones religiosas, así como los gobiernos de los países más conservadores hicieron campaña para desprestigiar al film, arguyendo que se burlaba del cristianismo y Jesucristo. Nada más lejos de la realidad, esta película sólo se ríe de todos aquellos que siguen los dogmas religiosos con afán sectarista, sin discutir nada y de forma enfermiza, algo que en aquella sociedad de hace 2000 años se daba con mucha frecuencia. Al igual que pudo ser que un tal Jesús atrajera a muchos seguidores, hubo otros (ahora desconocidos) que les ocurriría los mismo.

No se ríen de Jesús, porque Jesús no protagoniza la película, sino del vecino de Jesús, al que curiosamente le pasan algunas cosas parecidas a las de su vida. La madre de Brian dice una frase que sencillamente libró al grupo humorístico de tener que acudir a los tribunales por todas las denuncias que cosechó de los histéricos grupos cristianos (que parece que no tenían otra cosa que hacer). —Escuchadme todos, él no es el Mesías; es un sinvergüenza. ¡Así que fuera! Con el paso del tiempo, la película se ha convertido en una de las comedias más famosas de la historia del cine, aguda, satírica y parodia como ninguna el sectarismo y la intolerancia.

En ella podemos encontrar muchas escenas míticas que nunca pasarán de moda y que son un gran exponente del género de la comedia: El momento en que las mujeres acuden disfrazadas de hombre a una lapidación, el estallido de carcajadas de los soldados cuando conocen el nombre del mejor amigo de Poncio Pilatos (Pijus Magníficus) o la mítica escena final de la crucifixión en la que todos los ajusticiados cantan Always look on the bright side of life (Mira siempre el lado bueno de la vida). Si te quieres reír sin salirte del ambiente bíblico, no te pierdas esta película absurda y crítica que se ha convertido por meritos propios en una joya.

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Redacción de Periódico EL LORQUINO Noticias.

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