Madrid espera con máxima expectación la presencia del diestro lorquino

Paco Ureña corta una oreja por su pureza y Ferrera otra por su maestría en Sevilla, ante interesante corrida de Victorino

Madrid espera con máxima expectación la presencia del diestro lorquino, en un esperado mano a mano con Diego Urdiales este 2 de mayo.

01/05/2017. EL LORQUINO

Interesante corrida de Victorino la lidiada este sábado en Sevilla, llena de detalles y de momentos de gran importancia.

El festejo concitó prácticamente un lleno en la Maestranza, al reclamo de la presencia de los toros del hierro de la A coronada, pero también de tres toreros en sazón como Antonio Ferrera, que volvía a Sevilla tras su período de dos años de forzosa inactividad, Manuel Escribano, quien regresaba tras el indulto el pasado año de Cobradiezmos, de la misma divisa, y tras la terrible cornada sufrida en junio en Alicante; y Paco Ureña, quien volvía tras su gran faena de dos orejas ante los grises la pasada Feria de Abril.

El público de la Maestranza obligó a saludar recién finalizado el paseíllo, amenizado con los acordes del pasodoble Manolete al cumplirse el centenario de su nacimiento, a Manuel Escribano, quien compartió dicha ovación con sus compañeros. Era el prólogo a una intensa tarde de emociones.

El primer toro, Escusano de nombre, una estampa, embistió bien al capote de Ferrera e hizo una pelea en varas de toro bravo, derribando en el segundo encuentro a la cabalgadura. Tercio vibrante de banderillas de Ferrera y Escribano, quien había sido invitado por el anterior, con el toro viniéndose desde lejos con un buen tranco. Espejismo de lo que vendría después, con un toro muy venido a menos, parado y a la defensiva, si bien quizás Ferrera no acertó demasiado con los terrenos y las distancias. Ovación con saludos y palmas al toro.

El segundo, recibido por su lidiador en una emocionante portagayola, cumplió bien en varas y en un tercio de banderillas de nuevo vibrante protagonizado por Escribano y Ferrera. El resto no pasó del toma y daca entre el cornúpeta y Escribano ante la peligrosa condición del astado. Silencio.

Gran recibo capotero de Ureña al tercero, abrochado por una media abierto el compás y otra a pies juntos extraordinarias. Cumplió simplemente el toro en varas y pareció no tener fuste en los primeros compases de la faena del lorquino, quien a base de toques suaves, colocación, tiempo y distancias logró meter al astado en el canasto, propinando extraordinarias series de derechazos y naturales de frente y a pies juntos, abrochados por trincherillas, que hicieron crujir los cimientos de la Maestranza. Sorprendentemente, la música no tocó hasta que el diestro se dirigía a tomar la espada, pero no hizo falta más que la sinfonía acompasada del toreo de Paco junto con los olés rotos del público sevillano. Se tiró el diestro a matar como un jabato y cobró una gran estocada, cortando una meritoria oreja.

Derechazo. Créditos foto: Arjona

Momento emotivo el que se vivió en el cuarto, cumplidor en varas, cuando Antonio Ferrera invitó a banderillear a José Manuel Montoliu, hijo del recordado banderillero trágicamente fallecido en la misma plaza. La Maestranza cayó rendida ante un gran par del valenciano y ante el brindis al cielo de ambos diestros. A continuación vino una lección lidiadora, de honradez y profesionalidad de Ferrera, ante un toro exigente al que había que meter en el canasto. Y el extremeño lo consiguió con creces, hasta el punto de que llegó a abandonarse al final. Estocada que escupe, muerte de bravo del astado y merecida oreja.

El quinto, Mudéjar de nombre y herrado con el número 92, fue uno de los toros de la corrida, no tanto por su transmisión o empuje, sino por su nobleza, calidad y despaciosidad en la embestida. Dichas cualidades fueron aprovechadas algunas veces por un Manuel Escribano a quien se le vio más templado y asentado que en ocasiones anteriores, sobre todo por el pitón derecho, no llegando a acoplarse del todo por el izquierdo. Tras una estocada defectuosa y errar con el descabello perdió un posible apéndice.

Cuando se acercaban las nueve y cuarto de la tarde-noche todas las esperanzas estaban puestas en el sexto toro, consciente el público de la calidad del torero de Lorca. Sin embargo, dichas esperanzas se desvanecieron cuando se pudo comprobar que el toro, que engañaba al principio de la faena de muleta, no buscaba más que cazar al torero, como así consiguió, volteando al de Lorca afortunadamente sin consecuencias. Ante semejante bicho, Ureña decidió acabar con la alimaña sin demasiado acierto y recibió palmas.

La actuación de Sevilla aumenta aún más la expectación para el próximo compromiso del torero lorquino, ni más ni menos que en Las Ventas, primera plaza del mundo, donde el 2 de mayo dirimirá un interesante mano a mano con Diego Urdiales ante toros de las ganaderías de Victoriano del Río, Salvador Domecq-El Torero y José Vázquez. Un autobús fletado por el Club Taurino de Lorca se desplazará hasta la capital del reino para acompañar al diestro. ¡Que Dios reparta suerte!

Diego Antonio Reinaldos Miñarro para Periódico El Lorquino